Olivar, vol. 23, núm. 37, e135, noviembre 2023 - abril 2024. ISSN 1852-4478
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria

Presentación

Dosier/1: Punto sur. Nuevos hispanismos y literatura española: diálogos en clave transatlántica y transhemisférica

Raquel Macciuci

Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Néstor Bórquez

Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Argentina
Cita recomendada: Macciuci, R. y Bórquez, N. (2023). Dosier/1: Punto sur. Nuevos hispanismos y literatura española: diálogos en clave transatlántica y transhemisférica. Olivar, 23(37), e135. https://doi.org/10.24215/18524478e135

Cuando al finalizar el siglo XX, en 1999, las dos fundadoras de Olivar instalaron los cimientos de la revista que inició su andadura en 2000, arropada por un conjunto de colegas esenciales para su creación, no se planteó duda alguna en torno al título, los contenidos y los fines de la publicación: Olivar. Revista de literatura y cultura españolas abordaría temas de todos los períodos de la literatura española, campo que en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación quedaba abarcado por dos cátedras: Literatura Española I (Edad Media y Renacimiento), a cargo de Gloria Chicote; y Literatura Española II (desde el Barroco hasta siglo XXI), a cargo de Raquel Macciuci.

Tampoco fue tema de controversia el alcance y la oportunidad del acápite “literatura y cultura españolas contemporáneas” cuando en 2008 la cátedra Literatura Española II y el grupo de investigación a ella asociada inauguraron el ciclo de congresos trienales que cubrieron el espacio vacante de reuniones científicas para ese período en la academia argentina.

Si la búsqueda de un nombre representativo y actual para esta revista o aquel congreso hubiera tenido lugar en la presente década del siglo XXI quizás habrían surgido dudas o incluso, se habría abierto un debate.

Existían numerosos signos de un cambio de perspectiva sobre el tradicional ordenamiento disciplinar regido por el criterio de nación, o incluso de región o área en algunos casos. Ya en 2007 Fernando Cabo Aseguinolaza había afirmado: “La reflexión sobre el hispanismo se ha convertido en todo un género”. Más aún, considerando que en América Latina Hispanismo es casi sinónimo de Literatura española, las reflexiones y debates incumben con mayor pertinencia a esta área disciplinar y sus asignaturas.

No son solo pertinentes sino hasta ineludibles, aunque las distintas fases del debate en torno el Hispanismo, con un pico a fines del pasado siglo, arribaron a América latina, y por lo tanto, a Argentina, de forma dis-locada, o sea fuera de lugar; y dis-torsionada, o sea, con alteraciones en la retrasmisión; y trastocada, y desfigurada...; la isotopía podría continuar a causa de una ambigüedad semántica y conceptual subyacente e indisoluble. De esta irresolución surgen las respuestas porque hispanismo –vocablo nacido con acento francés, o alemán, o inglés– tiene ‘del lado de acá’ un significado y unas connotaciones diferentes a las que posee en Europa o Estados Unidos; y responde asimismo a otras realidades académicas.

Tras el largo recorrido que comenzó con un francés que visitó Madrid en el siglo XVIII y que pasó por distintos puntos geográficos del hemisferio boreal, el hispanismo quedó asociado al extranjero del norte que estudia la literatura española a partir de considerar España una cultura exótica.

La génesis explica por qué en las universidades latinoamericanas el término no ha calado muy hondo; pese a que existe una activa Asociación Argentina de Hispanistas (AAH), no hay cátedras ni departamentos de literaturas hispánicas. Si existen, se subdividen, porque por historia y tradición, se prefiere diferenciar y profundizar por separado en los campos de la literatura española, de la latinoamericana, y generalmente, de la literatura nacional del país del que se trate: literatura argentina, literatura chilena, uruguaya…

El apretado resumen precedente, que no aspira a ser una síntesis, es suficiente sin embargo para poner en foco dos términos espacialmente determinantes y a la vez, controvertidos: nacional y literatura española; para el caso puntual de este dosier, literatura española contemporánea.

En algunos ámbitos académicos no se dudaría hoy en rechazar (sin que faltara un aditamento de sorna borgeana) esta seña de identidad para identificar una publicación –y donde dice publicación léase también congreso, revista, proyecto de investigación…– por considerarla prescripta y contracorriente; en su lugar, suscribirían el discurso académico que tiende a reemplazar las demarcaciones clásicas –que bien podrían llamarse divisorias de aguas debido a las zonas indecisas que se producen en más de una frontera– por giros que incluyeran literatura internacional, transnacional, mundial, glocal. O, en su defecto, para conjugar un espíritu ecuménico y al mismo tiempo, patrimonial, recurrir al panhispánico rótulo –establecido por el Instituto Cervantes– “literatura en lengua española”.

Sin embargo, si hace más de dos décadas hubiéramos vislumbrado estas querellas, probablemente la decisión no habría cambiado. En sentido inverso, el tiempo nos ha permitido sostener y apuntalar el convencimiento de que es posible prescindir de las connotaciones regresivas y aislacionistas del binomio ‘literaturas nacionales’. La asociación no obstaculiza, por el contrario, favorece el tendido de puentes sin renunciar a los saberes de las clásicas disciplinas agrupadas por naciones y períodos, con sus especializaciones de antigua data y lenta consolidación, como fue lenta la demarcación de las letras de España, no muy lejos de cumplir el milenio, en tres periodos diferenciados con sus respectivas herramientas de análisis altamente especializadas.

El tiempo dirá; nada es imperecedero, pero en Latinoamérica, por su historia y por la tradición académica parece prevalecer la preferencia por abrir diálogos fructíferos entre las disciplinas antes que fusionar literaturas nacionales en un campo común, llámense literaturas hispanas o, incluso, ibéricas, como han propuesto recientemente los postulados del “giro ibérico” con el fin de integrar a Portugal y Brasil.

La sugerente y más que justificada tendencia a borrar fronteras convive con la vigencia renovada de las literaturas nacionales, como lo pregona Noé Jitrik­ para promocionar su magna Historia de la Literatura Argentina en el párrafo, casi una proclama, o un reclamo que citamos a continuación a modo de homenaje al maestro recientemente fallecido.

Lo que llamamos “literatura argentina” no sólo existe sino que es, además, un imponente conjunto semejante a una mina relativamente inexplorada pero llena de vetas valiosas y de una variedad muy grande de obras, realizaciones, intentos... En suma, un universo provocativo, un desafío al criterio que esta Historia aceptó y con el que se enfrentó durante casi dos décadas.

Quizás es obvio añadir que donde dice “literatura argentina” el gentilicio puede reemplazarse por el de otras historias de la literatura que tienen entre sí un indiscutible aire de familia, sea la Historia crítica de la Literatura chilena coordinada por Grínor Rojo y Carol Arcos, sea La historia de la literatura española dirigida por José-Carlos Mainer.

Si bien la querella continuará, el título de numerosos congresos, cursos, seminarios o publicaciones como la presente certifican el propósito de conciliar la mirada nacional y la posnacional en lugar de otorgar a una el valor de lo pasado perimido y a la otra el futuro promisorio de una babel feliz.

El apego al campo de conocimiento clásico no desconoce la irrevocabilidad de las transformaciones epistemológicas de las ciencias humanas y de la literatura en particular; por el contrario, las incorpora desde el campo de los saberes específicos a partir del acervo acumulado, que es parte del legado histórico, cultural y simbólico de un pueblo y una nación: “la literatura es subsidiaria y portadora de identidades nacionales”, apunta con acierto José María Pozuelo Yvancos.

En otras palabras, la literatura española contemporánea, concebida y abordada como un objeto prismático, poliédrico, que se modifica, revela matices y se enriquece –los ejemplos serían cuantiosos– con el plus de una agenda crítica problematizadora, emanada de las particulares coordenadas y circunstancias de enunciación; esto es, las de los especialistas en literatura española afincados en un país y en la academia latinoamericana, y argentina en particular.

Este es el sentido de “Punto sur. Nuevos hispanismos y literatura española: diálogos en clave transatlántica y transhemisférica”, con valor de disposición intelectual y principio epistémico, porque el estudio, la investigación y la transmisión de saberes en el presente siglo no se conciben sin pluralidad, itinerancias, intercambios, préstamos y devoluciones. Un modo paradójico y productivo de reconocerse especialista en literatura española con una visión, más que nunca, transnacional.

Las cinco participaciones del primer volumen del dosier son un claro ejemplo de un diálogo enriquecedor fruto del encuentro y la complementariedad de miradas construidas en puntos geográficos muy distantes que difieren en los focos de interés y en la percepción de la literatura española.

En “Bioficción, memoria pública literaria y mala conciencia: Teresa de Jesús y Cristina Morales”, Fernando Cabo Aseguinolaza se centra en la novedosa categoría de bioficción autorial para analizar la aproximación de Cristina Morales a Teresa de Jesús a través de las tres ediciones de la novela titulada originalmente Malas palabras (2015), luego Introducción a Teresa de Jesús (2020) y Últimas tardes con Teresa de Jesús (2020). Teniendo en cuenta que el libro de Morales toma como elemento central de la ficción las notas que Teresa de Jesús habría escrito de manera paralela a su Libro de la vida, el autor designa a la novela como un “suplemento ficticio”, un ejercicio de escritura bioficcional dentro del contexto memorial durante la conmemoración del quinto centenario de su nacimiento.

En “Memoria y resistencia en la obra de Julio Llamazares”, Silvia Cárcamo se acerca a las novelas de Julio Llamazares -sin olvidar el articulismo literario- bajo una nueva e inusual perspectiva que acusa recibo del impacto que Sergio del Molino logró con su novela-ensayo La España vacía, reeditada con distintos títulos después del éxito inicial en 2016. El riguroso y a la vez sensible abordaje de la narrativa del autor leonés, apoyado en diferentes autores teóricos (Bachelard, Huyssen, García Canclini, entre otros) sustenta las reflexiones sobre la relación de tiempo, espacio y memoria en una obra que anticipó las preguntas y el reclamo de la España rural y de los pueblos en riesgo de desaparecer, cuando no desaparecidos, y revalorizó el acervo cultural y los modos de vida que solo pueden sobrevivir alejados de las grande aglomeraciones urbanas sometidas al devenir del progreso.

En “El sujeto implicado en la novela española actual de memoria”, Hans Lauge Hansen propone el estudio de cuatro novelas españolas contemporáneas centradas en la guerra civil y el franquismo, tomando como base el concepto del sujeto implicado y la teoría de los modos ético-políticos. Para ello, el autor utiliza el análisis de la representación del sujeto implicado –que toma de las reflexiones de Michael Rothberg– como un índice del modo ético-político con que las novelas elegidas representan el pasado violento. De acuerdo a Hansen, estas modalidades discursivas se configuran a partir de cómo se representa el conflicto del pasado, el planteamiento de cuestiones ético-morales y el grado de reflexividad y autorreflexividad del texto. En su artículo, el autor retoma los ejemplos de Almudena Grandes, Rafael Chirbes, Javier Cercas y Marta Sanz para proponer una mirada diferente a la establecida por cierta crítica literaria española que divide las novelas de memoria de la guerra civil entre despolitizantes o políticas.

En su artículo sobre Francisco Ayala César, Núñez demuestra que el parcelamiento y la sistematización de los sistemas literarios con base en las fronteras nacionales es insuficiente para abordar determinadas obras escritas por autores migrantes o expatriados que interactúan con las nuevas realidades del país de acogida, se insertan en su campo literario e intervienen en el escenario político y cultural. En esta oportunidad, la perspectiva transnacional focalizada en la realidad argentina permite descubrir que dos novelas del sociólogo y novelista granadino, Muertes de perro e Historia de macacos, a pesar del declarado apoliticismo, encierran un claro sesgo ideológico que emerge en una isotopía de significados ligada al juicio y percepción ayalianos del peronismo, así como a las más ácidas representaciones que de este movimiento y de sus líderes –Juan Domingo Perón y Eva Duarte– habían construido en Argentina los sectores de la oposición.

El último artículo de esta primera parte del dosier, “Cuervos en el cielo, en Vetusta y en el alma. El espacio imposible de la maternidad en La Regenta”, se encuentra doblemente alejado de las restantes colaboraciones: temporalmente, porque toma como objeto de análisis una obra del siglo XIX –La Regenta, para muchos la más grande novela decimonónica– y metodológicamente, pues no es abordada, como sería de esperar, por un especialista en el realismo. Juan Diego Vila, eminente experto en la literatura del Siglo de Oro, pone en primer plano una vía de diálogo ya no transatlántica, sino diacrónica, ‘trans-epocal’, si la expresión fuese válida. De este modo, no apela a la vasta masa crítica generada por la novela de Clarín sino a los saberes y las herramientas críticas de su campo de especialización. Tomando como punto de partida un breve y secundario pasaje narrativo del final de la novela, despliega un complejo campo de significaciones en torno a las apariciones, reales, oníricas y simbólicas, del cuervo, pájaro agorero por excelencia en numerosos momentos de la trama que sin duda pasan inadvertidos para el lector. Respaldado por la atávica tradición alegorista occidental y por el bestiario del Medioevo como una de sus manifestaciones más ostensible, analiza detenidamente el plus de sentido que adquiere la maternidad frustrada de Ana Ozores cuando se pone en paralelo con las irrupciones del infausto pájaro negro.

Las colaboraciones de la segunda parte del presente dosier completan y mantienen la unidad del conjunto basada, paradójicamente, en la diversidad de las perspectivas y en los múltiples períodos, temas, géneros, y líneas críticas que transitan.

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