Olivar, vol. 16, nº 23, junio 2015. ISSN 1852-4478
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria

 

RESEÑAS/REVIEWS

Elena Pedicone de Parellada (comp.), 1615-2015: El Quijote en Tucumán a 400 años de la publicación de su segunda parte, Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán, 2015, 248 pp.

Martín Ezequiel Calabrese

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María Pilar García Negro (ed.), No tempo de Follas Novas: una viaxe pola literatura universal, Santiago de Compostela: Alvarellos Editora, 2015, 282 pp.

Leticia Quintás Pérez

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Hanno Ehrlicher y Nanette Rißler-Pipka (eds.), Almacenes de un tiempo en fuga: revistas culturales en la modernidad hispánica, Berlín: Shaker Verlag, 2014, 374 pp.

Verónica Delgado

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Laura Scarano, Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología), Santa Fe: Ediciones UNL, 2014, 248 pp.

Rosario Pascual Battista

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Guillem Martí, ¡Quemen Barcelona!, con la colaboración y traducción al español de Jordi Solé, Buenos Aires: Destino, Colección Áncora & Delfín, 2015, 576 pp.

Luciano Miglierina

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Elena Pedicone de Parellada (comp.), 1615-2015: El Quijote en Tucumán a 400 años de la publicación de su segunda parte, Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán, 2015, 248 pp.

 

Martín Ezequiel Calabrese

IdIHCS, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de La Plata / CONICET
Argentina

 

Retomamos las palabras de la Dra. Elena Pedicone de Paralleda (compiladora de esta publicación), que pueden parafrasearse de mil maneras: “Nos parece fascinante que un libro escrito hace 400 años pueda seguir interpelándonos sobre el amor y el desamor, la censura, el buen y el mail gobierno, la justicia, la amistad, entre otros tantos tópicos esenciales a la condición humana”.

Nos parecen fascinantes, y quizás nuestras palabras nunca alcancen para describir esa sorpresa constante, las reiteradas réplicas y ondas que produjo y produce esta piedra angular arrojada por Cervantes a la inmensa fuente de la literatura y de la cultura.

Este Volumen Homenaje fue presentado en el marco de un evento cultural para rememorar el cuarto siglo de su publicación, organizado por investigadores del Instituto de Literatura Española y alumnos de Letras de la UNT, cuya finalidad principal fue reimpulsar la lectura del texto cervantino, acercándolo al público general, y no solo académico.

Se llevaron a cabo diferentes actividades que apuntaron a difundir y a llamar nuevamente la atención hacia la obra, interpelando a los lectores desde el presente, desde la actualidad constante del libro. La convocatoria se extendió entre diferentes sectores de la cultura tucumana: participaron de ella personas vinculadas al estudio de la literatura, del diseño gráfico, del teatro, de la música, de la historia, de la pintura. El día 23 de abril, rememorando la fecha de la muerte de Miguel de Cervantes; se pintaron diferentes frases inspiradas en el Quijote a lo largo de toda la ciudad como forma de difusión del evento y de la obra.

El acontecimiento más importante del evento y, a la vez, su eje vertebrador fue la “Maratón de lectura de fragmentos del Quijote”, durante la cual se leyeron fragmentos seleccionados por estudiantes, profesores, graduados, niños, y diferentes personajes reconocidos por la comunidad; el artista plástico Miguel Repiso (Rep) pintó un mural del Caballero de la Triste Figura; hubo una muestra permanente de diversos afiches, posters y fotografías realizados por estudiantes de diseño gráfico que simbolizaban varios aspectos de la obra, vinculándola con la actualidad; un grupo de narradoras orales (Las Cuenteras) contaron fragmentos de la obra; se realizaron instalaciones en el Centro Cultural Virla que recreaban la obra y “El camino de la Mancha” (la cueva de montesinos, por ejemplo) y a las cuales eran acompañados los asistentes por los mismísimos Don Quijote y Sancho Panza, que participaron de todo el evento; hubo intervenciones musicales interpretando zarzuelas y diversos géneros musicales manchegos y españoles; el historiador Felipe Pigna dictó una conferencia sobre “El Quijote y San Martín” en el Anfiteatro, que fue desbordado por la cantidad de público; el cierre del evento fue con teatro musical, la obra “Los de la mancha”.

El Volumen reseñado dedicado a la Profesora Aida Friás de Zavaleta, fallecida, que desarrolló el cargo de Titular de Literatura Española Medieval y fue cofundadora del ILE (Instituto de Literatura Española), cuenta con un total de 17 artículos de docentes e investigadores de diversas unidades académicas de las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Buenos Aires, y también de Uruguay y España. La pluralidad de voces refleja el panorama inagotable de lecturas que pueden hacerse del texto, y da una muestra interesante respecto de ella, al abordar corrientes interpretativas de peso considerable en nuestra región. Podríamos agruparlos por la orientación del análisis propuesto: 1) los primeros trabajos abordan el estudio del Quijote en su contexto original, vinculándolo con otras obras cervantinas y con textos y autores del XVII; 2) los siguientes, el estudio del Quijote con la teatralidad: ya por la matriz dramática de la novela, ya por la vigencia del Quijote en el teatro actual; 3) el estudio del Quijote y su influencia en la literatura posterior; los dos trabajos de cierre ponen de relieve al modernísimo género breve, el microrrelato, para mostrar cómo la obra Cervantina, el autor y sus personajes paradigmáticos resultan excelentes disparadores para la ficción breve.

1) Dentro del primer apartado, el artículo escrito por la Dra. María Eduarda Mirande, de la Universidad de Jujuy, trabaja una temática que posiciona el libro de Cervantes en su contexto de origen. Bajo el título “Guzmanes y Quijotes frente a frente: entre las ‘benditas’ imposturas y las ‘ficciones verdaderas’” rememora dos publicaciones apócrifas relacionadas con estos personajes que transforman en víctimas de falsos autores y falsas escrituras a Mateo Alemán y a Miguel de Cervantes. Los dos éxitos editoriales de la primera década del Siglo XVII poseen entre sí coincidencias importantes: fueron publicados por autores ya viejos; fueron continuados en segundas partes apócrifas por otros escritores que quisieron aprovecharse de su éxito; tuvieron una segunda parte publicada por sus autores originales que fue influida por la versión falsa.

El Dr. Diego Vila (UBA), aborda una perspectiva de género, indagando en las figuraciones y estereotipos de la femineidad en el prólogo del Quijote de 1605, partiendo de la idea de que el texto mismo habla de los límites en que son ingresados mujeres y hombres en el mundo ficcional, eligiendo precisamente el “Prólogo” que es en sí mismo un límite para el texto; un límite entre la ficción y la realidad.

La Dra. González Briz (Universidad de la República, Montevideo) centra su análisis en el final del primer Quijote, utilizando la metáfora del “hilo roto” para referirse a los amores entre Don Luis y Doña Clara y para los sucesivos cortes que tiene el relato en esos capítulos. Las historias se anudan en la venta en donde se tejen diversas tramas y confluyen abundantes personajes. Se cotejan distintas historias de personajes anudados por el vínculo amoroso, diferenciando entre los personajes que se enlazan por dicho vínculo, y aquellos como Marcela, que rehúyen de hacerlo. Se señalan diversas resoluciones del libre albedrío femenino.

Alba Omil (UNT) nos ofrece un análisis en el cual se borran los cuatro siglos que nos separan de su publicación, y nos muestra cuán moderno es este libro añejado. “La modernidad de la mujer en el Quijote” destaca la vivacidad de los personajes femeninos que rebasan los moldes impuestos por la sociedad y la cultura del S. XVII, acercándose a los ideales femeninos de lucha y rebelión contemporáneos a lectores de los siglo XX y XXI.

El español Hernando Cuadrado analiza un elemento del texto asociado con la cultura popular y oral. El uso y la funcionalidad del refranero popular a lo largo de la obra y en los diversos personajes que los utilizan (como cita completa o aludido, como argumento evaluativo, como modelo sintáctico, entre otros).

Julia D’Onofrio (UBA) examina una de las diversas alusiones de Cervantes al mundo natural, indagando en lo simbólico, tanto de las tradiciones cultas como populares, focalizada en una comparación que describe a don Quijote (II, 29): se dice de él que “sabía nadar como un ganso”, pero que el peso de las armas le impedía hacerlo. El ganso, como animal anfibio representa esta doble condición de hidalgo/caballero, y a su vez, el ganso como símbolo asociado a la locura.

Carlos Enrique Castilla (UNT) en su ensayo, plantea el poder de movilización emocional que puede tener una obra clásica. Analiza la figura del caballero, en la segunda parte del Quijote, en relación a dos obras de la monja mística española, lectora y aficionada a las novelas de caballería, contemporánea de Cervantes, Santa Teresa de Jesús: Camino de perfección y Las moradas o Castillo interior; relacionando el camino místico con el camino heroico.

Desde una perspectiva muy interesante, la compiladora del Volumen junto a la Dra. Valeria Mozzoni toman como punto de partida una categoría acuñada por el escritor español Vila-Matas, a partir de un texto de Melville: los “bartlebys”, esas personas que niegan el mundo y la escritura por diversos motivos (que reciben, dentro del pacto de lectura de Vila-Matas, el nombre de “tío Celerino”). Las autoras de este trabajo rastrean en la obra cervantina distintos personajes que niegan a la escritura.

2) José Luis García Barrientos se refiere a un tema ampliamente tratado por la crítica: la teatralidad en el Quijote; pero poniendo en cuestión el tema, ¿Hay teatralidad en el Quijote? ¿Qué tipo de teatralidad? Pormenoriza diversos fragmentos de la novela puestos en relación con esta categoría genérica de la teatralidad, observando también cómo el teatro aparece dentro de la novela como tema. Su conclusión califica como reduccionista el hecho de considerar de esta manera “el teatro” o “la teatralidad” dentro del Quijote, ya que considera que solo aparecen de manera reducida.

Encontramos en este apartado cuatro ponencias que trabajan adaptaciones/versiones del universo cervantino al teatro. El Lic. Germán Brigone, de la UNC, analiza la forma en la que una obra de teatro del año 2003, Palabra de perro, de Juan Mayorga, actualiza teatral y políticamente el coloquio de los perros de las novelas ejemplares. Una traducción entre el Siglo de Oro y éste, y una actualización de los temas trabajados por Cervantes. La Dra. Raquel Macciuci analiza la obra Don Quijote –fragmentos de un discurso teatral–, de Rafael Azcona y Maurizio Scaparro, dos reconocidos artistas vinculados con el ámbito del cine y del teatro. Se destacan en este trabajo las potencialidades dramáticas de la obra: los personajes cervantinos, la voz de los personajes que les da forma en gran parte de la novela; la capacidad visual de la narración. La adaptación no pretende abordar toda la obra, sino de manera coherente algunos pasajes entre la realidad y la utopía. El tercer trabajo analiza una obra teatral en la que el personaje de Sancho aparece ante el público como protagonista. Graciela Balestrino, de la Universidad de Salta, se refiere a El viaje infinito de Sancho Panza, obra en la que Sancho es el personaje quijotesco, encargado de convencer a Alonso Quijano, de que era Don Quijote (idea tomada del texto de Kafka “La verdad sobre Sancho Panza”). La Dra. Elena Pedicone de Parellada analiza En un lugar de la Niebla (2011), una obra teatral de Antonio Álamo, que vincula a los dos Migueles de las letras españolas: Cervantes y Unamuno. Una obra teatral en la que Quijote y Sancho enfrentan su aventura, quizás, más terrible: la actualidad. Los personajes recorren una etapa actual. Un lugar que se transforma en no-lugar, en soledad, en alienación. La Niebla deviene, dentro de la obra, en una Nada, palpable y definitiva que cubre a los personajes.

Bajo el título “(Des)bordes de la ejemplaridad cervantina: metaficción y teatralidad en El curioso impertinente”, la Dra. Marcela Beatriz Sosa vincula la novela intercalada en el Quijote, con el volumen de las Novelas Ejemplares, indagando tanto la función de esta obra leída en la venta con la novela en la que se intercala, como estructura puesta en abismo, como sus vínculos con la publicación posterior. En relación con las Novelas Ejemplares, encontramos en este volumen, un riguroso y exhaustivo trabajo de la profesora Silberman de Cywiner, de la Universidad de Salta, que analiza los orígenes de la novela El Licenciado Vidriera, y sus posibles relaciones con el contexto histórico, y en parte con el propio Cervantes.

3) La Dra. Susana Salim hace un interesante aporte que sirve para difundir un género que da muestra del peso e importancia que sigue teniendo la obra cervantina en la actualidad, y en nuestra región. Partiendo de dos definiciones del microrrelato, analiza en una serie de ellos la influencia del Quijote, los “Microquijotes”.

Para finaliza el libro, la Dra. Ana María Mopty reúne un corpus de microrrelatos que rinden homenaje al Quijote (¿podría pensarse como un contrapunto de los sonetos preliminares de la novela?) de autores de las provincias del Norte argentino: Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Jujuy). Un total de catorce microrrelatos que esgrimen humor y crítica, y que tachan estos 400 años que parecen nada.

 

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María Pilar García Negro (ed.), No tempo de Follas Novas: una viaxe pola literatura universal, Santiago de Compostela: Alvarellos Editora, 2015, 282 pp.

 

Leticia Quintás Pérez

Universidade da Coruña
España

 

A lo largo de los últimos 30 años, desde la celebración en Santiago de Compostela en 1985 del Congreso Internacional “Rosalía de Castro e o seu tempo”, y especialmente en la última década, la obra de Rosalía de Castro ha sido objeto de un amplio número de relecturas y aproximaciones –tanto desde la óptica de la crítica sociológica como desde la teoría feminista– que tienen como punto en común la voluntad de revisar muchos de los tópicos que todavía están vigentes sobre la autora y su obra en los estudios literarios. Así, los numerosos trabajos publicados en estos años sobre la obra rosaliana han favorecido la aparición de novedosas contribuciones a través de las que se consolida una imagen muy diferente de la autora (mujer heterodoxa, librepensadora y con voluntad decidida de ser una escritora profesional), se insiste en la complejidad y modernidad de su programa literario, al tiempo que se nos ofrece una interpretación de su obra mucho más reivindicativa y trasgresora que la establecida hasta el momento.

Y es justamente en esta línea de revisión crítica en la que se encuadra el último libro publicado por Mª Pilar García Negro, profesora de la Universidade da Coruña y una de las especialistas rosalianas más relevantes hoy en día, quien pone nuevamente su atención en la obra de la escritora gallega, como ya hiciera en ocasiones anteriores con otras publicaciones, entre las que destacan O clamor da rebeldía. Rosalía de Castro: ensaio e feminismo (2010) o Cantares gallegos, hoxe. Unha lectura actualizada de Rosalía de Castro (2013). Este nuevo trabajo que lleva por título No tempo de Follas Novas, unha viaxe pola literatura universal (2015), está organizado de un modo poco habitual en un trabajo académico, con dos partes bien diferenciadas. En la primera, García Negro realiza un estudio en profundidad de Follas Novas y lo acompaña de una cuidada antología de textos del libro, que se encarga de comentar. La segunda parte del volumen está compuesta por una selección de diecinueve textos de diferentes autores/as y nacionalidades, todos publicados en la misma época de Follas Novas, y otro más, el número veinte, que funciona a modo de epílogo del libro, de otro autor gallego contemporáneo, Manuel Curros Enríquez. Esta selección está realizada por diferentes estudiosos/as y/o escritores/as de reconocida trayectoria que, con estilos y ópticas diferentes, se ocupan de subrayar los puntos de contacto que, en su opinión, existen entre las obras escogidas y la de Rosalía. De este modo, a través de este contraste, se puede observar cómo muchos de los temas centrales de Follas novas se corresponden con los debates ideológicos más candentes del siglo XIX, tales como la reflexión sobre la problemática de las mujeres (educación, independencia femenina, matrimonio…), el papel de la religión, la emigración o la marginación social, como veremos a continuación. En resumen, se podría decir que este mosaico de trabajos se presenta como una propuesta de ejercicio de literatura comparada entre la obra central del Rexurdimento gallego y otras obras, también centrales, pertenecientes a otras literaturas.

Así, en la presentación del libro, la propia ensayista explica, no sólo cómo está organizado el volumen, sino también la forma en la que la obra de Rosalía de Castro, perteneciente a una literatura sin canonizar como es la literatura gallega, entra en diálogo con los discursos de otros autores y autoras contemporáneos, vertebradores del canon occidental. Indica, además, cual fue el criterio empleado para la selección de las obras que componen este abanico de textos, entre los que podemos encontrar ejemplos de literatura próximas a la de nuestra autora (como la catalana, española, portuguesa o francesa) y otras más alejadas a ella (como la noruega, norteamericana o rusa, entre otras); fueron dos fechas, la del año de redacción de Follas novas (1870) y la de su publicación (1880), las que sirvieron como marco organizativo del volumen.

Tras esta introducción inicial, la profesora García Negro, organiza su revisión crítica de Follas novas a partir del comentario de veintiocho poemas del mismo, a los que añade el de la dedicatoria y el prólogo, por ser dos textos de especial relevancia para la interpretación de esta obra. García Negro recorre los poemas de los cinco libros que conforman Follas novas: “Vaguedás”, “¡Do íntimo!”, “Varia”, “Da Terra” e “As viudas dos vivos e as viudas dos mortos”, para mostrar los diferentes asuntos que ocupan los pensamientos y preocupaciones de la poeta; entre ellos, por su relevancia en el conjunto de la obra rosaliana, se detiene especialmente en aquellos en los que la autora desarrolla una autopoética y, también, en todo el conjunto de textos en los que Rosalía reflexiona sobre la problemática específica de las mujeres en la sociedad patriarcal: desde el sometimiento a la discriminación, pasando por la reflexión sobre los estrechos márgenes permitidos a la literatura escrita por mujeres. Asimismo, concede especial atención a otro de los núcleos temáticos esenciales de la autora, el que nos muestra la vertiente más reivindicativa de la poeta, con el análisis de textos en los que se denuncia la situación económica de las clases populares, las injusticias sociales y las políticas dominantes en la época, sin olvidar los aspectos relacionados con la dependencia de Galicia del Estado español o la emigración. Al mismo tiempo, en el plano formal, se analiza la libertad de Rosalía en lo que se refiere al uso de la métrica y las estrofas, rasgo que dota a los textos un carácter novedoso en relación con la poesía de su época.

En la segunda parte de este volumen, nos alejamos de la literatura gallega del siglo XIX para trasladarnos a otros espacios en los que, como ya adelantamos, se sitúan un total de 20 textos precedidos por una breve presentación en la que se destacan algunos datos biográficos relevantes de los autores/as, al tiempo que se establece la relación con la obra de Rosalía. Todos los textos mantienen una sintonía ideológica con los de la autora que da título a este trabajo, con la excepción del primero; se trata del poema “As literatas” (1854) de Camilo Castelo Branco, una auténtica antítesis de la tesis rosaliana sobre la cuestión de las mujeres y la escritura, ya que en el poema del autor portugués se ataca a las mujeres que escriben y que leen novelas desde una óptica misógina y antifeminista. Como señala la escritora Marica Campo en su comentario, es muy probable que el texto de Castelo Branco fuese conocido por Rosalía antes de realizar su epístola-ensayo del mismo nombre, pues parece reutilizar con ironía diversos elementos que en éste aparecen.

Tras este texto, nos encontramos con la escritora Frances Harper quien mantuvo, a través de sus publicaciones, una lucha continua contra la esclavitud que le había tocado vivir muy de cerca. Teresa Barro selecciona el que es quizás su poema más conocido, “Bury me in a free land” (1864); en él se aprecia una mujer directa y luchadora que escribe una poesía desafiante y de protesta semejante a la que hacía Rosalía. Norteamericana, al igual que Harper, es Harriet Beecher Stowe a la que nos acercamos de la mano de la profesora Kathleen N. March y que selecciona un fragmento de Pink and White tyranny. A society novel, de 1871, en el que se intenta desmitificar la figura del hombre como el dueño del mundo, al tiempo que se defiende la idea de que las mujeres no son meros objetos para ser contemplados.

El protagonismo de las clases populares, así como su implícita conciencia identitaria, es un tema muy presente en la obra rosaliana. Un ejemplo semejante de este patriotismo lo podemos ver en el cuento “La dernière clase” recogido en Contes de lundi (1873) de Alphonse Daudet, donde, como explica Xosé Luís Axeitos, también están presentes otros temas relacionados con sentimientos populares. Del mismo modo, Mª Jesús Lorenzo Modia nos presenta a George Eliot, quien, a través de su obra, muestra sus inquietudes relacionadas con la identidad femenina, la soledad, la pobreza, la tristeza, la marginación o la presión social. Esto lo podemos ver su poema “I grant you ample leave” (1874), centrado en el reconocimiento de la propia identidad, y en un fragmento de Daniel Deronda (1876) en el que se reflexiona sobre la dificultad de las mujeres para desenvolver sus potencialidades.

Para este libro, Elvira Sanz Gómez selecciona y estudia un fragmento de una pieza teatral de Henrik Ibsen, Casa de bonecas (1879-1880), en el que aparece como protagonista, una vez más, una mujer que se tiene que enfrentar por sí misma a la vida y a la sociedad para dejar de ser alguien con quien todo el mundo juega. Situaciones como ésta, en las que está presente la problemática de las mujeres, aparecen continuamente en los poemas rosalianos. Avanzando en el volumen, llegamos al texto que parece dar origen a este libro puesto que su año de publicación coincide con el de la obra de Rosalía, Boule de suif (1880), de Guy de Maupassant. En él, Eduardo Álvarez, señala cómo el escritor disecciona con su aguda crítica la estructura social del momento, al contraponer los valores positivos de la protagonista (mujer popular que demuestra su bondad, patriotismo y generosidad), a los del resto de los personajes que, carentes de principios, representan el orden establecido a través del poder que confiere la riqueza.

Dos de las literaturas más próximas a la gallega, la portuguesa y la española, se incorporan a través de textos cuyos temas hacen referencia a los sistemas políticos vigentes. Este es el caso de O crime do padre Amaro (1880), de Eça de Queirós, en el que Carme Fernández Pérez-Sanjulián subraya el papel que juega el clero dentro de la sociedad, tanto por la influencia que ejerce sobre las personas, como por la conexiones que mantiene con las élites políticas. Por su parte, la profesora y autora de este libro, Pilar García Negro se ocupa de La Regenta (1885) de Leopoldo Alas, Clarín, a la que considera la mejor novela del siglo XIX. En el texto se refleja una sociedad marcada por una aristocracia y una burguesía cínicas, hipócritas y corruptas, y por unos campesinos relegados a la periferia que se encuentran al servicio de las clases altas. Sobresale sobre los demás personajes la figura de Ana Ozores como la más vulnerable y a la que todo el mundo ridiculiza por los versos que escribe; la implícita denuncia de la dependencia y de la presión social que sufre, conecta este texto con otros similares de Rosalía.

Celia María Armas García nos acerca a Un matrimonio provinciano (1885), de Marchesa Colombi, en el que una mujer caracterizada por el miedo, la frustración y la falta de esperanza se casa con un hombre del que no está enamorada. A continuación, Anxo Angueira relaciona la negra sombra presente en Rosalía con las sombras que recoge Arthur Rimbaud en “Veillées” (1886).

Es nuevamente García Negro la que selecciona tres fragmentos de Emilia Pardo Bazán. Los dos primeros se centran en la defensa de la capacidad intelectual femenina y la igualdad con el varón, así como en la reflexión política, desde una óptica que hoy calificaríamos como feminista; el tercero, recoge su visión de la lengua y la literatura gallega del XIX, esta sí, totalmente antitética de la defendida por Rosalía. Seguidamente, Marica Campo nos acerca a Jacint Verdaguer y al texto “L’emigrant” (1888) que recuerda el “Adiós ríos, adiós fontes” de Rosalía.

En el libro se incluyen también a otros autores como Liev Tolstoi, del cual Xoán Ignacio Taibo comenta “A sonata a Kreutzer” (1891), donde se asesina a una mujer, o José Martí, cuyos Versos sencillos (1891) fueron inmediatamente asumidos como propios por el pueblo cubano, al igual que sucedió con los poemas de Rosalía, tal como indican Andrés Pociña y Aurora López. A continuación, dos autoras contemporáneas introducen la problemática ligada al género: Júlia Lopes de Almeida, escritora brasileira de la que Carlos Callón nos presenta A familia Medeiros (1891), obra protagonizada por una mujer capaz de tomar sus propias decisiones, que llega incluso a casarse por intereses de carácter intelectual. La siguiente, Emily Dickinson y su poema “I felt a funeral, in my brain” (1896 [1862]) a quien Pilar Pallarés relaciona con Rosalía por su necesidad de escribir eliminando las barreras de género.

Luís Cochón se ocupa de “Sleeping al last” (1896) de Christina Rossetti que cuenta con elementos que también están presentes en Rosalía, como la muerte, la inquietud o la sombra que nos acompaña y, por último, Francisco Rodríguez comenta el texto De profundis (1897), de Oscar Wilde, cuyo protagonista llega a ser un extranjero en su propia patria, al igual que lo fue Rosalía, especialmente en sus diez últimos años de vida.

A modo de epílogo, Carlos Negro elabora un comentario alrededor de tres poemas diferentes de Manuel Curros Enríquez. Para ello, recoge las estrofas finales de Aires da miña terra (1880), donde declara a Rosalía como la restauradora de la lengua gallega, y otros dos poemas a ella dedicados, “A Rosalía” (1891) y “Na tumba de Rosalía” (1904), en donde la evoca, no sólo como musa y modelo literario, sino también como referente ético y estético para Galicia y el resto del mundo.

En definitiva, este libro constituye una aportación de gran valor en el campo de las investigaciones relacionadas con Rosalía de Castro y, asimismo, en el de los estudios generales sobre el panorama literario de finales del siglo XIX, ya que permite establecer las coincidencias ideológicas y estéticas existentes entre autoras y autores de diferentes lenguas y nacionalidades. El volumen editado por Mª Pilar García Negro puede ser considerado como un marco de referencia en el análisis del discurso ideológico rosaliano, ya que, además de completar los trabajos anteriores realizados en este campo, resulta relevante por diversos motivos: primeramente, por el análisis riguroso y original que se presenta de Follas Novas; en segundo lugar, por situar a Rosalía como elemento central de la literatura universal, colocándola al mismo nivel que otros autores y autoras contemporáneos, reconocidos dentro del canon de la literatura occidental y, finalmente, y no menos importante, por proporcionar un conjunto de materiales de gran interés, en muchos casos de difícil acceso para el público lector, organizados de modo que permiten obtener una visión panorámica de los grandes temas que protagonizan los debates filosóficos y artísticos a lo largo del siglo XIX.

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Hanno Ehrlicher y Nanette Rißler-Pipka (eds.), Almacenes de un tiempo en fuga: revistas culturales en la modernidad hispánica, Berlín: Shaker Verlag, 2014, 374 pp.

 

Verónica Delgado

IdIHCS, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de La Plata / CONICET
Argentina

 

La aparición de este libro, resultado del Coloquio realizado en la Universidad de Ausburg en 2013 y editado por Shaker, da cuenta del alto grado de institucionalización que han alcanzado los estudios sobre publicaciones periódicas en el “área rioplatense” pero no solo en ella. Los autores de este volumen colectivo son investigadores de reconocida trayectoria que trabajan en universidades latinoamericanas (argentinas, uruguayas, mexicanas) y europeas (alemanas y españolas) en su mayoría formados en literatura. El libro se ocupa de un conjunto variado de publicaciones en lengua española, tanto americanas como peninsulares, examinándolas desde diversas pertinencias cuyo punto de contacto analítico está dado por la perspectiva histórica. El libro consta de una introducción y cinco secciones que organizan la variedad característica de un libro que, como el presente, compila colaboraciones individuales; tal diversidad funciona a la manera del barrido pictórico, mostrando una porción del estado del arteen el estudio de las publicaciones periódicas: cuestiones teóricas, críticas y metodológicas sobre revistas, principalmente aquellas ligadas con la literatura en sentido amplio.

Hanno Ehrlicher, editor y autor del texto introductorio, señala la aspiración general del libro de contribuir a un tipo de análisis comparativo, habilitado por los avances tecnológicos que, sin dudas, constituyen un momento de cambios en la investigación sobre revistas. En tal sentido, y en sintonía con esta perspectiva, en el volumen se destacan nocionesteóricas como las de literatura mundial, redes –intelectuales, sociales–, internacionalización, transnacionalización, transferencias interculturales, para estudiar los procesos de modernización cultural, en revistas producidas en España y América Latina, sobre la base de una hipótesis compartida por el libro en su conjunto: la existencia de una relación inherente entre las revistas y la modernización, vínculo productivo que debe ser explorado e interpretado acentuando el entramado de su lazos supranacionales. Las cinco secciones en que están agrupados los trabajos componen un índice que anticipa parcialmente las miradas analíticas –ligadas con la historia literaria, la historia intelectual, la historia de la edición y de la cultura impresa, la historia cultural– y las palabras clave que varios trabajos se ocuparán de desgranar y complejizar; el índice señala a su vez, ciertos tópicos y problemáticas, que dan cuenta de aquel vínculo productivo, que atraviesa e hilvana todo el libro más allá de su organización diferenciada en apartados.

En primer lugar, “Leer y mirar las revistas: desafíos materiales, metodológicos y tecnológicos” reúne las colaboraciones de Alejandra Torres, Annick Louis y Nanette Rißler-Pipka. Torres enfatiza la necesidad de analizar los aspectos visuales –diseño de secciones, fotografías, dibujos– de las revistas ilustradas Mundial Magazine y Elegancias, dirigidas por Rubén Darío en París, como elementos constitutivos de la escritura dariana y como modo de hacer visibles a las repúblicas e intelectuales hispanoamericanos para Europa. Annick Louis hace hincapié en la necesidad de pensar a las revistas como “objetos autónomos”, en oposición a un tipo de estudio que analiza las publicaciones en el marco de la obra de autores o como condensaciones de un movimiento o tendencia literarios, proponiendo para abordarlas una noción “declinada” y plural de “contexto” (de publicación, producción, lectura y edición, contexto este último que se intersecta y completa con el de “red de revistas”), que realza los aspectos materiales de la revista como conjunto de textos pero que reenvía además al estudio de otras dimensiones –colectiva, institucional, asociativa, editorial. En el marco de las humanidades digitales, Nanette Rißler-Pipka se ocupa de los efectos, desafíos y limitaciones que tienensobre la investigaciónlas nuevas formas de acceso a las publicaciones a través de los portales hemerográficos, principalmente de aquellos que, no son meros repositorios institucionales de documentos digitalizados sino que ofrecen determinadositinerarios de búsqueda a partir de los cuales podrían establecerse cierto tipo de relaciones comparativas; los casos con los que trabaja Rißler-Pipka constituyen es sí un aporte en términos informativos.

Pablo Rocca, Geraldine, Rogers, Lucas Adur y Paula Klein son los autores de la segunda parte “Prensa, revistas y modernidad en la cultura rioplatense de los siglos XIX y XX” que reúne trabajos sobre específicos sobre publicaciones de períodos culturales bien diversos. Rocca se concentra en los avatares y usos de la gauchesca en la prensa de los primeros 50 años del siglo XIX, género al que lee como mediador simbólico y material, poniendo especial atención a las valoraciones sobre editores e imprenteros que esas composiciones incorporaron. Geraldine Rogers explora distintas formas de autoría en un conjunto de publicaciones argentinas “populares” aparecidas en los años 20, en particular aquellas ligadas doblemente con la cultura de izquierda y con el mercado; así, por ejemplo, registra los modos en que ciertos diarios y revistas incitan a la participación escritura de los lectores quienes aspiran ingresar a las letras “con nombre propio”. Lucas Adur se ocupa de una etapa la revista Criterio (nº 1-90), para leer en ella los cruces –y los factores que los hicieron posibles– entre católicos y vanguardistas argentinos a fines de la década del 20. Paula Klein analiza el programa crítico-literario de Babel. Revista de libros (Buenos Aires, 1989-1991) en el repaso detallado de algunas de sus secciones en las que dicho programa emergería como discurso colectivo, y propone el olvido como forma propia de la selección que sobre la tradición realiza Babel.

En la tercera parte José María Barrera López y Francisco Javier Díez Revenga se ocupan de las revistas de la vanguardia poética española, revisando un corpus amplio y variado y leyendo en ese conjunto sus inflexiones identitarias. Los trabajos de Alexandra Pita González, Liliana Weinberg y Celina Manzoni integran el cuarto a apartado “La revista como espacio de sociabilidad: encuentros y desencuentros”. Alexandra Pita se concentra en las posibilidades que ofrecen conjuntamente las categorías de soporte material (Dosse), práctica social y espacio de sociabilidad (Agulhon), como pertinencia para estudiar las publicaciones como construcciones sociales complejas a partir de las cuales, y desde una perspectiva fuertemente bourdiana, sería posible acceder a la dinámica propia del campo intelectual, a través del análisis de las prácticas y los espacios de sociabilidad que ellas involucran. Liliana Weimberg analiza la primera época de Cuadernos Americanos –especialmente el momento fundacional– considerándola como un sitio donde estudiar “la evolución de las ideas” y espacio de “fermentación intelectual y relaciones afectivas” (Dosse), fundamental para comprender el modo en que se construyó una comunidad intelectual entre los mejicanos y los exiliados españoles, encarnada en el proyecto cultural y editorial de la publicación. A su turno, Celina Manzoni vuelve sobre la polémica del “Meridiano intelectual” como “red polémica”, tramada en una serie de revistas latinoamericanas y españolas de la década de 1920, red que produce y permite leer la internacionalización del debate sobre el arte y la literatura. En la última sección, “Diálogos y transferencias culturales”, Inmaculada Rodríguez Moranta estudia Renacimiento –aparecida en Madrid, en 1907, bajo la dirección de Gregorio Martínez Sierra– tratando de precisar el carácter complejo de su poética así como los diálogos con la “Iberoamérica” Andrea Pagni focaliza su análisis en las estrategias de importación cultural –traducciones, crítica– que en el marco de la “circulación internacional de las ideas” (Bourdieu) llevan adelante la Revista de América de Rubén Darío y Ricardo Jaimes Freyre, y la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales deMontevideo, considerándolas además como espacios de religación continental. Mechthild Albert estudia el proyecto de La Gaceta Literaria de Madrid en términos de construcción de diversas comunidades imaginarias transnacionales a partir de la vanguardia como elemento común (“urbe de las letras”, “comunidad ibérica transatlántica”, “comunidad periférica”, “comunidad antagónica”) y a partir de una política de traducción y mediación cultural. La sección se cierra con el trabajo de Carlos Lemke Duque sobre la Revista de Occidente (período 1923-1936) que indaga su carácter interdisciplinar y los modos en que la publicación construye vínculos intelectuales, culturales y científicos transnacionales en el período de entreguerras.

La existencia de una versión en papel y otra digital, de Almacenes de un tiempo en fuga es,en sí mismo,un dato relevante respecto del estudio de las revistas. Hanno Ehrlicher se refiere a esta condición de vida y de acceso al volumen como “desdoblada”. Antes que de una forma “desdoblada”, se trata, creo, de una edición doble, es decir, de dos objetos / artefactos diferentes: uno, un libro en papel –objeto finito– que implica un modo particular de distribución, circulación, adquisición y lectura. El otro es un libro digital aunque, no es solo un libro, sino también los vínculos rizomáticos que invita a componer, desde varios de sus artículos, con el universo de un archivo conformado por sus relaciones hipertextuales, entre las que se destaca el acceso a las versiones digitalizadas de varias de las revistas estudiadas así como a portales hemerográficos de acceso abierto, como el portal alemán “revistas.culturales.2.0” en el que, como libro, está depositado Almacenes de un tiempo en fuga. La edición digital pone en el centro una problemática actual y relevante: la de los archivos, sus modos de construcción, las políticas institucionales de registro y conservación de una cultura así como del acceso a esos registros. La reflexión sobre lo archivable está también en el título del libro. Así, las revistas (como archivos) funcionarían según Ehrlicher como “depósito de la historia de las ideas y su comercio como de sus condiciones materiales”, a partir de lo cual podrían considerarse “medios” para entender “los mecanismos de la producción y difusión” literarias, atendiendo especialmente a la configuración de redes intelectuales y sociales tramadas en y por ellas. Al mismo tiempo el término describe un determinado valor histórico de las publicaciones, que consistiría en ser el ellas mismas, desde y para el presente en que se las analiza, el lugar de acopio de un tiempo (¿época?) y de unas prácticas (de lectura, producción de ideas, escritura, edición, sociabilidad) cuyas comprensión siempre esquiva (“en fuga”) las publicaciones harían posible, al menos parcialmente. Por otra, remite a las políticas de difusión y de acceso de las instituciones culturales públicas así como a los efectos que producen estas políticas en las formas de investigar, cuestiones que como ya señalé, son abordadas en la primera parte.

Finalmente, tanto por las perspectivas críticas y metodológicas presentadas como por los casos analizados, el libro constituye un aporte significativo en lo que respecta ala discusión crítica y metodológica sobre el estudio de las publicaciones periódicascomo de las modalidades, disimetrías y emergencias de los procesos de modernización cultural de un lado y del otro de Atlántico.

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Laura Scarano, Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología), Santa Fe: Ediciones UNL, 2014, 248 pp.

 

Rosario Pascual Battista

Universidad Nacional de La Pampa
IdIHCS, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de La Plata / CONICET
Argentina

 

Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología) de Laura Scarano, reconocida crítica literaria, docente e investigadora de CONICET y de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se organiza en tres partes: un estudio crítico que recorre las principales líneas teóricas sobre la escritura en nombre de autor, una antología de poetas contemporáneos en lengua española que reúne tanto a españoles como latinoamericanos y, finalmente, un conjunto de artículos escritos por jóvenes investigadores.

La primera sección, firmada por Scarano, se propone abordar una temática poco estudiada en el género poético, aunque sí en el narrativo: atender minuciosamente a la presencia y la inscripción del nombre del autor en la poesía, sin creer, por esto, “en una mecánica reproducción sin fisuras” (11). La autora resuelve sin inconvenientes la situación de ubicar y problematizar su objeto de interés en un marco mayor de exploración que es el tema de la autoría y de la figuración del escritor en la obra. En efecto, Scarano traslada a sus lectores a un derrotero crítico detallado, profuso, que va urdiendo los aportes de teóricos y pensadores, como Bajtín, Derrida, De Man, Barthes, Foucault, Lejeune, Ricoeur, Bourdieu, entre otros, preocupados por la figuración del autor en el texto ficcional. Desde este punto de partida, la investigadora, con claridad, se preocupa por subrayar uno de los puntos más tensos que atraviesa la bibliografía consultada y que reconoce dos posturas contrapuestas. Por un lado, las “teorías negativas sobre el sujeto” que rechazan cualquier tipo de referencia y anclaje extratextual del sujeto autoral. Y, por otro lado, las posiciones que sí consideran el nombre del autor como una categoría pragmática, social e institucional. Es a partir de esta última perspectiva que Scarano sostiene y profundiza las intervenciones que se propagan en su estudio crítico. La primera cuestión a problematizar es el “enigma enunciativo del poema” (24) que se asienta en la presencia de un sujeto doble (“sujeto empírico” y “sujeto retórico”) que convive en el “incesante vaivén” (25) que este tipo de enunciaciones producen. Dominique Combe, Käte Hamburger, Kinereth Meyer, Ángel Luján Atienza, Paul Ricoeur, Karlheinz Stierle, Jorge Monteleone, Fernando Cabo, Arturo Casas, entre otros, son las referencias citadas para dilucidar quién dice yo en la poesía. Una segunda cuestión se desprende de esta primera y es la categoría filosófica de identidad y resulta especialmente operativa para el tipo de estudio que se propone Scarano:

Contar–se consiste sin duda en un acto de lenguaje, pero más que rendir cuenta de una verdad histórica, parece aspirar a darnos una versión de una verdad interior. Por eso, la literatura es uno de los medios por los cuales la acción de contar la propia historia deviene elaboración de una “identidad narrativa”, que compensa de algún modo ese proceso siempre inacabado de articulación del yo. (37)

A partir de las continuas reflexiones acerca del objeto “poema con nombre de autor” Scarano plasma las diferentes maneras de referirse a la poetización del autor para, finalmente, posicionarse y, así, justificar su trabajo desde el término “metapoema autoral” que ubica en escena las fronteras dinámicas entre el autor y su texto. Una nueva categoría entra en este universo del autor que se auto-escribe y es la de “autoficción”. Como en las otras oportunidades, Scarano muestra la profundidad y agudeza de sus lecturas críticas y sus intervenciones dialogan con las Regine Robin, Vincent Colonna, José María Pozuelos Yvancos, Manuel Alberca, Alicia Molero de la Iglesia y Philippe Lejeune.

La parte final de la sección crítica se cierra con la posibilidad de abordar su estudio desde una perspectiva que ponga en diálogo poesía y autobiografía para evitar la rigidez que los límites de un género convencional imprimen. El término que elige para eludir las dificultades es el de “espacio autobiográfico”. Al mismo tiempo, opta por “autoficciones poéticas”, tal como se enuncia en el título de su libro, para definir este tipo de textualidades que sostienen una escritura bifronte, donde el poema se vincula con la autobiografía, sin clausurar, sin embargo, la operatividad ficcional e imaginaria ni la referencial, producto esta última de la identidad del nombre propio.

La segunda sección de este libro se conforma por una antología que corresponde a una selección de textos “con nombre de autor” realizada por Scarano junto con sus alumnos en el marco de un seminario que dictó en el 2012. Este dossier recorre múltiples poetas del siglo XX y XXI que instauran proyectos y tradiciones diversas. Entre los treinta autores que conforman esta selección no se omiten, felizmente, voces femeninas, como la de Alfonsina Storni, Gloria Fuertes, Olga Orozco, Francisca Aguirre, Alejandra Pizarnik, María Victoria Atencia y Juana Bignozzi.

La tercera y última sección está estructurada por nuevas voces críticas que corresponde a los jóvenes investigadores que se animan a poner en práctica y en diálogo las categorías teóricas desarrolladas y explicitadas por Scarano en el estudio crítico de la primera parte. A través de veintiún artículos, los lectores nos acercamos a análisis textuales que, además de confirmar la relevancia de la lírica en la literatura contemporánea, brindan posibles modelos de lectura para emprender el encuentro con un género que, a veces, parece olvidado. Sin intenciones de realizar una exploración detallada de cada uno de los trabajos, estas colaboraciones se desplazan a partir de ciertos ejes. Hay trabajos que se inclinan a análisis líricos minuciosos de la figura del yo y su asociación a la figura autoral: los artículos de María Elisa Crespo sobre Manuel Alcántara, Candelaria Barbeira sobre Juana Bignozzi, María Clara Lucifora sobre Jorge Luis Borges, Martín Presenza, junto con Candelaria Barbeira, sobre Ernesto Cardenal, María Estrella sobre Luis Cernuda, Pía Pasetti sobre Gloria Fuertes, Francisco Aiello sobre César Vallejo y Martín Presenza sobre Luis Antonio de Villena. En otros, esta operación textual es acompañada por el gesto de rescatar obras poco abordadas por la crítica, como es el trabajo de María Eugenia Fernández sobre la poesía de Roberto Bolaño, estéticas, como el objetivismo (el trabajo de Rodrigo Montenegro sobre Fabián Casas) y la “poesía de la experiencia” (artículo de Evangelina Aguilera sobre Luis García Montero). También se recorren o se detienen en diferentes momentos de la construcción de un sujeto autoficcional (el abordaje de Verónica Leuci sobre Ángel González, el de Sabrina Riva sobre Miguel Hernández y el de María Clara Lucifora sobre Miguel Unamuno). Tampoco se omiten situaciones de enunciación específicas referidas a momentos históricos particulares, como el análisis sostenido por María Eugenia Fernández sobre Gabriel Celaya, cuyo oficio como escritor está atravesado por el compromiso social que asume durante el franquismo, o el de Rodrigo Montenegro sobre Julio Cortázar quien para 1969, año de publicación de Último round, ya se define como un autor comprometido con la realidad latinoamericana. En esta línea también se ubica el trabajo de Evangelina Aguilera sobre Roberto Jorge Santoro, miembro de la “poesía social”. A su vez, hay ciertas intervenciones que entretejen el análisis lírico con aportes teóricos más específicos, tal es el caso de María Elisa Crespo sobre Joaquín Giannuzzi, el de Nora Letamendía y Verónica Leuci sobre Jaime Gil de Biedma y el de Mariana Blanco sobre Olga Orozco y Alejandra Pizarnik.

Vidas en verso: autoficciones poéticas (estudio y antología) nos invita a seguir pensando y reflexionando sobre el fenómeno poético. Este libro propone una forma de abordar teórica y metodológicamente categorías como “autoficción”, “metapoeta” y “metapoema autoral” sin clausurar discusiones críticas al respecto en el marco de una tendencia de los últimos años interesada en la atención al problema de la autoría y la figuración del escritor en la obra. Laura Scarano, en nombre del poema y su autor, abre lúcidamente una discusión, donde no pueden omitirse ni la naturaleza ficcional ni los efectos pragmáticos que la autorepresentación sugiere. Esta investigación se entiende como una invitación a un recorrido, donde los lectores también nos reconocemos en él porque, como Scarano asevera, “en el nombre propio del autor también late –fantasmáticamente– nuestra propia y elusiva identidad” (82).

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Guillem Martí, ¡Quemen Barcelona!, con la colaboración y traducción al español de Jordi Solé, Buenos Aires: Destino, Colección Áncora & Delfín, 2015, 576 pp.

 

Luciano Miglierina

Universidad Nacional de La Plata
Argentina

 

Decir que la Guerra Civil española fue un enfrentamiento de españoles contra españoles o de Sublevados contra Republicanos si se quiere es decir una verdad a medias. Lo cierto es que, si no mundial, la Guerra Civil fue una guerra europea y antesala de la que vendría. Sabido es por demás que El Caudillo recibió el apoyo considerable de Hitler y Mussolini, que el Komitern ruso tuvo incidencia en las filas comunistas españolas y que participaron del conflicto en territorio español las Brigadas Internacionales.

La victoria franquista no solo fue el comienzo de una larga dictadura sino que también provocó una masa inimaginable de exiliados y sepultó en el olvido a todo aquello relacionado a la Segunda República. Escritores, políticos, celebridades, profesionales, combatientes y un largo etcétera se vieron por muchos años, incluso luego de la muerte de Francisco Franco, a vivir borrados del mapa español tanto físico, como político, económico y cultural. Ya en los ’90, con Franco muerto hacía más de quince años, se fue consolidando un proceso lento y gradual de recuperación de la llamada Memoria Histórica Republicana. Así, una suma importante de autores olvidados por el franquismo fueron reeditados. Del mismo modo las historias de muchos héroes republicanos vieron la luz luego de décadas en la penumbra. El punto destacado llegó en la primera década del siglo XXI de la mano de una nueva narrativa sobre la Guerra Civil, con Soldados de Salamina de Javier Cercas como título emblemático, aquella escrita por los nietos de la guerra.

En esta doble línea (una histórica, la otra cultural) podemos enmarcar esta primera novela de Guillem Martí, escrita con la colaboración de Jordi Solé, quien es además traductor del original catalán, publicado en marzo de este mismo año por Columna Edicions con el título Cremeu Barcelona!, al castellano. A propósito, cabe señalar que dicha traducción presenta una diferencia entre las ediciones para los mercados español e hispanoamericano, en sus respectivos títulos: ¡Quemad Barcelona! y ¡Quemen Barcelona!, respectivamente.

La novela de Guillem Martí se enfoca en los últimos días de guerra en la Ciudad Condal y en el papel preponderante que jugó Miquel Serra i Pàmies, tío abuelo del autor, antiguo Masón, miembro de PSUC (Partido Socialista Unificado Catalán) y Conseller de la Generalitat, ante la orden llegada desde la misma URSS de destruir Barcelona para que, ante la inminente nueva guerra que se avecinaba, España no se convirtiera en un teatro de operaciones al servicio de la Alemania Nazi, a quien Franco debía gran parte de la victoria. A partir de material documental relacionado con este hecho (cartas, fotografías y documentación personal), Martí construye una novela en la que incorpora sucesos a los que había ya dedicado artículos en publicaciones periódicas como la Revista de Catalunya (en 2009), Barcelona Metròpolis y Núvol (2013).

La novela está dividida en trece capítulos sin numerar. La apertura y el cierre se ubican en una estación de autobuses en Ciudad de México hacia septiembre de 1946, es decir siete años después de los sucesos narrados, donde Miquel vive la vida de exiliado a la que se ha visto obligado luego de la derrota de la República y espera reencontrarse con Teresa, su gran amor, y su hija. En el primer capítulo la novela nos muestra la imagen “de un hombre mucho mayor de los cuarenta y cuatro años que tiene, amargado, vencido y exhausto [...] que es en aquello en que lo han convertido la derrota, el desengaño y el exilio” (13) y cómo es el trato de los mexicanos hacia los refugiados españoles; sentado en un restaurant el ex Conseller ve “la mirada despectiva de: ‘Pues claro que nada, güey, si es nomás un gachupín muerto de hambre’”(14). Los restantes once capítulos corresponden a los días que van desde el lunes 16 al jueves 26 de enero de 1939 y tienen su escenario en la ciudad de Barcelona, protagonista de fondo de la novela.

Sentado a la espera del autobús que le devolverá a su Teresa, Miquel recuerda los días finales de la guerra, más precisamente el día en que llegó la orden de tierra quemada directa desde Moscú. A pesar de no estar de acuerdo Miquel se ofrecerá como voluntario para llevar a cabo la misión que se cobraría la vida de miles de civiles. Pero sus intenciones son otras, ayudado por Julián, encargado junto a sus dinamiteros de preparar las cargas, y por Corbacho, un sargento desertor del ejército republicano que esconden en su propia pensión, Miquel intentará por todos los medios posibles evitar la hecatombe, aunque eso le cueste la vida o lo que es peor aún la de Teresa. A pesar de las consecuencias atroces que le puede acarrear su posición las convicciones de Miquel son claras. En diálogo con el camarada Julián leemos al respecto: “̶ Hermano ̶le suplica, inclinándose una vez más hacia él ̶,te suplico que me ayudes a impedir esta locura que va contra todos los principios de nuestra orden. ¿Es que la gente no ha sufrido ya bastante? ¿Servirá de algo destruir Barcelona? Porque si de verdad eres capaz de encontrarle algún sentido a esas órdenes absurdas que hemos recibido, estoy incluso dispuesto a ayudarte de verdad a cumplirlas. Pero si no puedes, si no hallas otra cosa que no sean la locura y el odio que provocan la guerra, entonces... ¿qué derecho tenemos nosotros a cobrarnos tanta sangre inútil e inocente?” (167).

Guillem Martí despliega a lo largo y ancho de la novela una amplia gama de personajes cargados de complejidades. El mismo Miquel que, a pesar de cargar con el título de héroe, purga culpas por el destino de la República y de las vidas jóvenes e inocentes que se robó la guerra. Así mismo le devuelve el prestigio arrebatado por sus propios dirigentes a generales como es el caso del general Sebastián Pozas que luego de combates heroicos se ve desplazado y relegado de su cuerpo de ejército para terminar en una incipiente Gerona. Interesante es ver como también se pone en evidencia la guerra interna que vivía el propio ejército republicano y sus desastrosas consecuencias. En una de las tantas conversaciones que mantienen Miquel y Corbacho éste lo espolea argumentando que “si nuestros bien amados líderes de la república se hubiesen preocupado un poco más de tirotear a los facciosos y un poco menos de matarse entre ellos, ahora las cosas serían diferentes” (149). Miquel le dará la total y absoluta razón. El acto propio de asumir responsabilidades tiene en la novela un doble mérito. Por un lado, carga las culpas a los verdaderos responsables; por el otro, libera a los combatientes de la misma y da la voz a los protagonistas para que se descarguen. En la visita al frente un soldado increpará a Miquel; “‘toda la culpa es suya’, le había reprochado con aquella mezcla aterradora de agotamiento y desprecio. ‘¡Suya! Nos hemos dejado la vida aquí, por la República, y ustedes sólo han sido capaces de pelearse entre ustedes, como perros que se disputan un hueso sin carne’” (21), leemos en uno de los primeros capítulos.

Existen dos preguntas implícitas que flotan durante toda la novela: ¿Qué será de Cataluña cuando ellos pierdan? ¿Qué será del mundo cuando los otros ganen? Esta última se inscribe en una de las dos líneas que señalábamos al comienzo. En la Guerra Civil española había mucho más en juego que el futuro de España.

Resulta interesante la forma en que la novela presenta y construye a los diversos personajes que la transitan. Los fascistas –españoles, alemanes e italianos–, aparecen en forma de bombas que caen constantemente en Barcelona, como una fuerza que amenaza segundo a segundo con ganar el conflicto y ajusticiar a los vencidos, y su materialización en personajes efectivos solo ocupa unas pocas hojas. Tampoco Yuri Lazarev, agente de NKVD y antagonista de Miquel, puede encarnar el papel del “villano”, ya que sigue órdenes del Kremlin. ¿Cómo se puede tildar de villano, en una guerra, a quien comete su primer asesinato al final de la misma y con el único propósito de ayudar a salvar a cientos de chicos huérfanos? ¿Cómo condenarlo si a pesar que su novia Trini lo engaña, él acaba salvándole la vida? Mucho menos se lo podría poner en ese lugar a Corbacho, desertor que había combatido en el sitio de Madrid –en donde ve cómo a su novia la mata una bala fascista–, en el Ebro y en el frente del Segre, y que luego de tres años de lucha constante decide abandonar una guerra que para entonces ya estaba perdida.

En una línea paralela al hecho histórico, corren dos líneas amorosas: la de Miquel y Teresa y el triángulo amoroso formado por Lazarev, su novia Trini (una cantante de Cabaret) y Corbacho. Aunque interesantes las dos historias por momentos caen en un exceso de sentimentalismo que a veces raya en la cursilería total. Trini y Teresa, junto a Paloma (la novia fallecida de Corbacho), Helena Gabriel, Boleslava y Carolina de una forma un tanto estereotipada representan el lado femenino tanto de la novela como de la Guerra Civil española. Paloma será el símbolo de aquellas mujeres españolas que se levantaron en armas, hombro con hombro con los hombres para defender a la República; Helena Gabriel, por su parte, representa a ex mujeres combatientes que son apartadas del frente para cumplir tareas secundarias, en este caso cuidar de chicos huérfanos a los que la guerra les había arrancado a sus padres; Boleslava se alza como la imagen del reportero de guerra, que arriesga su vida en el frente para retratar y contarle al mundo lo que sucedía en territorio español, junto a ella aparecen célebres corresponsales como lo fueron Hemingway, Herbert, Capa o Buckley (a los que Martí defenestra sutilmente); Carolina y Trini son el estereotipo de mujeresque se ganan la vida en ambientes nocturnos aunque la suerte de una y otra sea totalmente opuesta, Trini posee la protección y el sustento de Yuri mientras que Carolina está abandonada a la ayuda que le pueda brindar Trini; por último, Teresa que es la personificación de la mujer incondicional, desinteresada que intentará ayudar a todo aquel que se vea necesitado.

Nos queda, por último, hablar de la protagonista de la novela, aunque, como ya dijimos, aparezca eclipsada por los demás personajes: la ciudad de Barcelona. Miquel la describe como “un barco que navega a la deriva, a merced de las corrientes y sin que haya nadie al timón. Los comercios están abiertos, pero no hay nada para vender. Los bares han levantado la persiana, a pesar de que no tengan nada para la clientela. Los servicios funcionan como pueden. Y en todas partes, el miedo omnipresente a las sirenas y a los motores de los bombarderos, ya sean italianos o alemanes, que anuncian que la muerte vuelve a amenazar desde el cielo” (63). El barco se ha quedado sin timón porque el gobierno catalán con Companys a la cabeza y el de la República con Negrín al frente están distanciados a más no poder, incluso el otro capitán de a bordo, los representantes del Komitern en España, en su mayoría ya han huido de la ciudad abandonándola a su suerte. No obstante, Miquel Serra i Pàmies no permitirá que se hunda. A pesar de todo Barcelona sigue en pie.

Repleta de personajes reales (Malraux, Aub, Hemingway, Machado, Líster, entre otros muchos), hechos históricos célebres (como los últimos días de Antonio Machado en Barcelona o la odisea que vivieron André Malraux y Max Aub, mientras terminaban de filmar Sierra de Teruel) y personajes ficticios la novela cuenta la larga agonía de Barcelona y pone de manifiesto las variadas posiciones de los personajes, tanto ficticios como reales, ante la inminente derrota de la República, desde los que ya no piensan en otra cosa que no sea salvarse a cualquier precio hasta los que todavía sienten que, a pesar de todo, la guerra aún puede ganarse y, en medio, Miquel que se debate entre el deber de salvar Barcelona y el amor por Teresa.

Concebida, según señala el texto de la solapa, como un “libro destinado a sacar a Miquel Sierra i Pámies del olvido y dar a conocer la heroica aventura de cómo salvó Barcelona, su ciudad”, ¡Quemen Barcelona! de Guillem Martí constituye una interesante novela en torno a un hecho histórico, de lectura amena, y en la que se mezclan y entrelazan varios géneros, como es característico de buena parte de la narrativa española de la memoria, convirtiéndola en una amalgama que va desde la novela histórica al thriller pasando por la novela romántica, la biografía y la crónica.

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