Olivar, vol. 15, nº 21, junio 2014. ISSN 1852-4478
Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria

RESEÑA/REVIEW

 

María Payeras Grau (ed.), Desde las orillas. Poetas del 50 en los márgenes del canon, Sevilla: Editorial Renacimiento, 2013, 271 pp.

Francisco Garcerá Román

Universitat de València (España)

Cita sugerida: Garcerá Román, F. (2014). [Reseña del libro Desde las orillas. Poetas del 50 en los márgenes del canon de Payeras Grau, M., ed.]. Olivar, 15(21). Recuperado de: http://www.olivar.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Olivar2014v15n21a11.

La editorial Renacimiento nos ofrece, a través de su colección “Iluminaciones”, el libro Desde las orillas. Poetas del 50 en los márgenes del canon. En esta obra, bajo la edición de María Payeras Grau, se reúnen diferentes investigaciones de expertos como Sharon K. Ugalde, Blas Sánchez Dueñas, María José Porro Herrera, Xelo Candel Vila, José Jurado Morales o Concepción Bados, entre otros, en torno a las figuras y poéticas más alejadas y menos divulgadas del que se estableció como núcleo generacional de la poesía española de los años cincuenta. Los motivos de esta exclusión son varios, como su posición periférica respecto a los puntos culturales más importantes de la época (Madrid y Barcelona), el distinto comienzo de su andadura poética respecto al de los poetas del núcleo generacional o el desarrollo de una estética distinta a la poesía mayoritariamente canónica de ese momento. Este sería el caso del poeta valenciano César Simón, cuya producción poética comienza en los años de madurez con el desarrollo de una poética completamente original que le llevó a la indagación sobre el misterio del ser envuelto en la nada, siempre desde una mirada entre la conciencia y el extrañamiento, entre el mundo externo y el interno. En definitiva, una poesía entendida como una forma de conocimiento, alejada de los moldes realistas dominantes. Otro ejemplo lo encontramos en la figura de Fernando Quiñones, que elabora una forma propia para su labor poética original: la de las crónicas, con una poesía narrativa que lo sitúa fuera de los paradigmas de su momento y lo adelanta a las futuras propuestas que se elaborarán en los años setenta. No obstante, hay otro factor que influye en esta supresión del centro canónico: la exclusión por razones de género.

En un intento por recuperar el conocimiento de su labor poética, se dan cita en este libro un numeroso abanico de estudios sobre las distintas poetas del momento. Trayectorias que siguen en continua vigencia hasta la actualidad como es el caso de María Victoria Atencia, recientemente galardonada con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en cuya obra pueden diferenciarse hasta cinco etapas distintas pero articuladas por la singular unidad que otorga la contemplación a sus composiciones. Así, su poesía última estará marcada por una mirada ante la realidad que trasciende, una búsqueda que abarcará los recuerdos sobre la infancia, el paso del tiempo, la levedad del ser, la sublimación personal o la fusión con la naturaleza y sus cambios que nos devuelve a la conciencia de lo que somos y seremos, cercana a la reflexión metafísica, siempre acompañada por una vuelta al extrañamiento, al reconocimiento de una presencia de lo inquietante contenida en el vacío y el hueco.

Otra de las poetas de la época será Pilar Paz Pasamar, que en un contexto vital marcado por la tradición y el encierro doméstico, plantea en su poemario Del abreviado mar una ruptura con las construcciones masculinas de la feminidad y lo femenino, a través de la reelaboración de un lenguaje apoyado en la simplicidad de la palabra y el enfrentamiento con los mitos y los símbolos tradicionales. También explorará los territorios de una metapoesía basada en lo cotidiano y sus objetos para desarrollar conceptos abstractos y finalmente, una identidad poética femenina. Otra de sus coetáneas, Dionisia García, consolida su labor poética hasta nuestros días, lo que la reafirma en una trayectoria literaria con unas bases sólidas y unos objetivos éticos y estéticos que desarrolla a lo largo de toda su obra, como la reflexión en torno a la vida y los dones de la palabra respecto al hombre, el temor ante el mundo o la vuelta al pasado a través de los ecos de la memoria y el recuerdo, acompañada siempre de una gran inquietud espiritual que en poemarios más actuales le llevará hasta una gran significación metafísica.

Dentro de estas poéticas tan singulares, se encuentra la obra de Francisca Aguirre como uno de nuestros testimonios más importantes sobre la Guerra Civil y su larga posguerra. Vertebrada alrededor de la recuperación de la memoria, camina por su infancia y toda su biografía a través del miedo y el hambre, pero desde una posición integradora y pacifista donde ambos bandos entran en el lado de los vencidos ante el precio de tanta pérdida, atrocidad y muerte. No obstante, se encuentra en su poesía un sentimiento final positivo hacia la vida, con la esperanza de que la memoria de esos días sirva de ejemplo para que tales hechos no se repitan. Del mismo modo, hay en este libro espacio para la recuperación de las poetas españolas exiliadas y su excelsa contribución al panorama poético español, ahondando en la palabra de Nuria Parés y la reconstrucción que elabora de su identidad por medio de un sujeto lírico solidario que ha sobrevivido al desastre desde la otra orilla del exilio.

Son todos estos, ejemplos de poéticas igualmente válidas respecto a las que configuraron el centro generacional pero que por los mecanismos de formación del canon quedaron excluidas. Y dichos recursos también son abordados en estos estudios, como es el caso de la presencia minoritaria, casi inexistente y, en otros casos, totalmente ignorada de dichas poetas en las antologías que propiciaron la nómina nuclear de poetas de mediados del siglo XX. Del mismo modo, sería un mecanismo importante la aparición de estas poetas en las revistas literarias y culturales de la época, caso particular el de los Cuadernos de Ágora y su gestión por Concha Lagos. Otra de las perspectivas innovadoras desde la que se estudia la recepción inmediata de estas autoras en el medio cultural es la radio, específicamente el programa radiofónico de Gerardo Diego Panorama Poético Español, que hasta hoy no se había tenido en la consideración e importancia que realmente presentaba como mecanismo de difusión inmediata. También puede acusarse las interrelaciones que se establecían entre las obras de estas poetas, la revisión y reinterpretación de ciertos mitos femeninos heredados, como por ejemplo alrededor de la figura de Ofelia y la ideología patriarcal disfrazada que conllevaba: fragilidad, ingenuidad y dependencia femeninas, desolación, locura o una dulce muerte. Poetas como María Victoria Atencia, María Beneyto o Aurora de Albornoz reelaborarán dicha imagen, transformándola en un símbolo de recuperación de la subjetividad femenina. Y esta conciencia de género no se quedará solo en los símbolos, sino en el mismo arte que desempeñaban y en la defensa de su labor como poetas, oficio al que se daban con total legitimidad y compromiso. Esto supondría la superación de la mala consideración social hacia la mujer que crea, mediante distintas estrategias como la conciencia de su propia marginalidad, siendo ejemplo el discurso de Gloria Fuertes, Julia Uceda o Elena Andrés.

En definitiva, Desde las orillas. Poetas del 50 en los márgenes del canon, reúne un conjunto de estudios imprescindibles para la revisión canónica a la que estamos asistiendo desde las últimas décadas, a favor de la ampliación de un panorama poético tan rico e imprescindible en la historia de nuestra literatura como es el de los años cincuenta del siglo XX y que hasta ahora había llegado a nosotros sesgado e incompleto.

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